Seguidores

lunes, 29 de noviembre de 2010

...

Tu silencio te confirma lejos.
Tu frio se siente en mis huesos
Tu distancia me provoca llanto.

Te callo
Te congelo
Te lloro
Tus palabras se vuelven mudas
Tus manos se tornan vacías
Tu cara, invisible

Te hablo
Te lleno
Te ciego

Destacable manera de descarte
Indigna sensación de estar otra vez de este lado de la calle
En la vereda de en frente
Donde solo te espero sin querer hacerlo
Donde tranquilamente te reciclo
Ahí, donde pasas de largo
No lo admitis, lo dejas pasar
Y asi me escurro
Me desintegro
Me inmaterializo
Solo porque te crucé,
No te vi en un tren
Pero soñé un camino prolijo
Que no me salió

Y queda la incognita
Que me sentencia
Me condena
Me envuelve

Y quedo sola
Triste
Ansiosa
Despierta
Delgada
Clara, transparente
Consumida
Tensa

Te callo, te lleno, te ciego.

sábado, 20 de noviembre de 2010

El tiempo que falté

Hoy bajo el rostro porque no estoy.
Con la mirada dura, en la nada.

El período que falté,
fue justo el necesario,
para asuntos de otra índole.

No es que me arrepienta,
es que me desmorono por estar ahi.
Me hundo en los kilómetros.
Recién caigo, me entero, me avisan que te abandoné.
No te lloro, lo decidí hace tiempo.
Sí me arranco, para llegarte...

Físicamente imposible.
Desesperante.
Quiero actuarte.

martes, 16 de noviembre de 2010

postizo de "Nombre común"

Estratega. Inteligentes y delicados movimientos de piezas en el tablero inmenso.

Tablero que llevás encima hace 25 años.
Aventurero. Donde perdiste el miedo? O es tu impulso, tu trampolín? El que te deja desnudo de alma, expuesto a la vulnerabilidad, frente a frente con vos mismo.
Derrochador. Tirás a mansalva afecto, no te guardás nada, no te importa tener una reserva.
Optimista. Incoherentemente positivo, por días, por horas. Odiosamente alegre, pacíficamente activo. Quieto, dormido. Todo en uno.
Agradecido. Experto en devolver, primero en dar. Dispuesto a encontrar, receptor por naturaleza. Demandante.

Dice word que 700 palabras te escribo, 3 páginas.

Mucho mas que solo eso,
demasiado... atrás de un simple nombre.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Click en mi alma

Lo admito o lo dejo pasar.

Lo dejo en reposo, a ver si decanta.
Acostumbrada a las historias que se filtran en la mismísima nada.
Habiendo dejado parte de mi piel, es mi pago, mi deuda, mi gasto. Más bien mi detestable consecuencia.
Transparente, desarraigada de mis propias confesiones, puro oído y exacerbación de corazón.
Todo o nada.

Escribo desde el ángulo contrario a mi gris perfil.
Te pienso con la luz prendida.
Te imagino un futuro brillante, feliz.
Impacto, paz, lágrimas, cariño, confianza. Click en mi alma. Todo en ese orden.

Lo admito, o lo dejo pasar.

Igual es mi lado del cuento, ni sospecho tu rincón. Prefiero imaginar que sos una nota mas, porque la ilusión ya explota adentro.
Ilusión que desgarra, seguramente lo deje pasar.
Transparente sigo el camino fácil de la amistad, sin decirte nada.
En juego está mi eje.
Te invento a mi lado, sin darme cuenta que te tengo, de cualquier manera.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Acostumbrarme a mi verdad

Tengo pendiente una charla con vos.

Un abrazo.
Encuentro cercano.
Una invitación a Facebook.
Dejarte.
Contestarte en msn.
Escribir tu cuento.
No escaparme.
Llorarte.

Acostumbrarme a mi verdad.
Confiártela.

Una misma ruta, nuevamente.
Arrancarte de mi mente.
Formalizar.
Leerte todo lo que te escribí.
Tu regalo.
Atraparte.
Decidirme.
El perfume.
Liberarte.
Desahogarme.

Extrañarte menos.

Tengo pendiente decirte que te quiero.

martes, 2 de noviembre de 2010

Nombre común

Llegó tu turno, una noche en que no puedo dormir, no por vos, por falta de cansancio, sobra de imágenes, pensamientos…

Es cuando fluye tu historia. Tal vez por miedo a perderla en el tiempo, esta memoria que traiciona cuando le conviene, pero retiene lo intenso, mas ajeno que propio.
Tirás tu bolso y lo pateás. Una, dos veces. Te tildás, convirtiéndote en una especie de ventilador de pie que solo gira su cabeza, apuesto que no ves alrededor, me atrevo a declarar que fusionás pasado con un futuro de tal vez 20 minutos. Un futuro cercano, el que más nervios te genera.
Te miro desde arriba un rato, vuelvo a mi asiento, solo para dejarte ir, de mi mente que ya quería armar esto, pero le di tiempo. Menos mal.
Resulta que mi viaje duró más de 24 hs, con vos 5, podríamos sacar cuentas y concluir que fue menos de un 25 % de mi trayecto. (¿Cómo ando con las cuentas, matemático amigo?)
Pedí permiso para tatuar en letras tu historia, pero hasta ese momento solo me diste una parte, intensa, triste y alegre, llena de incertidumbre. Sin sospechar siquiera que detrás de ese atuendo deportivo hay miles y miles de redes, que te llevan a ser quien sos hoy.
Cada día que chateamos químicamente, me tirás bombas nuevas, que lejos de sorprenderme, me acomodan, me dan bienestar, aunque no lo creas. Será que con cada “confesión” me confirmás terrible frase “sos mi primera amiga de mi nueva vida”. Ocho palabras que impregnaron eso que se llama piel y que vibra con cada gota de vida que compartís, o de no vida.
Vas lanzando dosis intensivas de cuentos tuyos, ajenos, personajes cercanos, pero cada día que pasa hay algo nuevo, y eso me entretiene.
No creo que estés capacitado para diferenciar si te aplasta tu pasado, o tu presente… Tampoco confío en mi criterio para sacar conclusiones de tu cronología, pero dejame inventarla, después me corregís, si algún día lees esto que te dedico.

Juan puede ser tu nombre, común. El primero en meses que me dice que soy normal. Asi que “común” con “normal” combinan tanto que me derrito en mi misma, en mi llanto ajeno, me fusiono en tus últimos meses, desplomándome de costado para escucharte mejor.
No recuerdo a otra persona que me cite frases textuales con autor incluido.
Mezclás palabras sagradas con científicas. Sos un maestro, no solo de matemáticas, un artesano de la vida, que bien o mal te va saliendo, puntada a puntada.
Sufrís las consecuencias de decisiones anteriores, como todos, pero también decidís por los demás. Porque te ponés a reflexionar en el bienestar de los otros cuando HOY es tu momento, el de quedarte quietito y solo dejar que las cosas pasen. Un profesional me dijo que los ambientes se acomodan, date un tiempo, dales tiempo.
Vos me dijiste, el cambio viene de adentro, eso habla de seguridad, de llevar tu nueva vida en tu hábitat, o en la China si se te ocurre. En todos lados vas a ser Juan, cada hora te reconstruís, te reprogramás, y podés salirte, o no, del bello y rosado esquema que trazaste, pero es cuestión de un día a día, minuto a minuto. Y lo sabés.
“No te acordás si te pasó antes, pero sabés que algo te pesa, y no te quedan músculos para sostenerlo”.
Juan, común, charleta, sensible, amante de Selecciones viejas, lector incansable, influenciable, polvorita.
Te dejo mis palabras, leelas, borralas, tiralas al viento. Ya son tuyas.