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martes, 2 de marzo de 2010

Me dejaste ir

Ataste mis pensamientos a tu piel,
con la misma fuerza que uso para desenredar tus ojos de los míos.

Te veo y me enrosco en tus brazos.

Me dejaste ir, no te fuiste.
No creo que vuelvas, pero éstas páginas son tuyas.

Siento tu perfume sin reconocerlo.
Me fascina no saber todo de vos.

Lo que antes me cautivaba, eso extraño.
Lo que me envolvía, eso pido.

Hoy cerraste un libro, arrancándole las hojas en blanco.
Para que no quede espacio.

Sin entender tu continua presencia,
siento que te alejás cada día.

Muero con cada mensaje, muero a las dos menos cuarto.
Vivo con el sol.
Me derrito con las estrellas.

Me dejaste ir, me regalaste tu libertad.

lunes, 1 de marzo de 2010

Hoy es uno de esos días...

Me hundí recién, como tantas otras veces.
Se borró todo en un segundo, y ya no tengo nada.

No trato de recordar lo que escribí,
si salió es por algo,
si se perdió tambien.

Sólo se que hoy es uno de esos días
en los que me distraigo
y me olvido de olvidarte.

Sólo se que tu alegría
hoy llena este espacio vacío que armo, obsesionada, tratando de pensarte menos.

Y planifico tatuar esta historia,
bordarla en el tiempo.

Colgarla en alguna pared,
que otro día seguramente me decida a derrumbar.

Dejar el piso vacío, solo para mi y tu ausencia.
Llenarme de tu libertad, que es lo que me atrapa y me sigue atando a vos.
Volver a éste, mi archivo sagrado, leerme en un mes
y sentir que es un lindo poema.
Letras que junté para dejar un rastro,
para acordarme que estoy viva.

Todavía siento ese perfume que enfriaste,
aun lucho con el insomnio.