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miércoles, 18 de mayo de 2011

Conozco de hilos, esos finitos

(ESCRITO EL 26 DE MARZO)

No soy dueña de vidas ajenas.
Pero cargo con historias hermèticas que me hunden y enmudecen por tiempos.
Cada tanto, cuando salgo a la superficie, y esos pedazos de vida entran en contacto con el Oxìgeno: los retrato, los perpetuo en letras.
Son simplemente cuadros resecos, momentos jugosos, secciones amargas.
TODO AJENO.
Reciente o añejo.
Hace poco mencionaron mi "forma de ser no jueza", distinciòn que acelera el corazòn y queda grande.

Experta en marcar distancias, sobre todo en acortarlas.
Porque conozco de hilos, esos finitos que se entrecruzan, dejàndonos a unos cuantos en la misma red.
No me quejo de esa mochila que me sumerge, llena de libros sin editar, con capìtulos prestados.
Es justamente la que me mantiene viva, ùtil, pensante.

Sigo con mis cosas, seguramente lo mìo es una maleta pesada. Pero equilibra sin lugar a dudas aquella red.
Para que el tejido no se corte.

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