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lunes, 8 de febrero de 2010

Hoy estuve en tu vereda

Me encontré con aquel viejo espacio de soledad.

Me topé con mis ganas de compartilo todo,
respetando tu terreno.
Idílica combinación.
Alguien tiene que ceder.

Hoy estuve en tu vereda, abandono.
No acorté distancias, ni quedé inmovil.

Hoy formé parte de tu equipo, desencanto.
Y la escritura es mi protesta.

Hoy conversé con tu huella, lágrima.
Camino que hace tiempo no transitaba.

Me dejé arrastrar por mi manera simple de ver la vida,
dejándome nuevamente de lado,
para entenderte.

Y me di cuenta que es peor sentirse solo estando con alguien al lado,
que simplemente convivir con uno mismo.

Termino renovando mi contrato, soledad.
Hasta nuevo aviso, hasta nuevo quiebre.

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